96 millones de adultos estadounidenses, más de 1 de cada 3, tienen prediabetes

prediabetes Comer bien y hacer ejercicio con regularidad presenta desafíos, y no hacerlo conlleva costos reales. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, en las últimas dos décadas, la cantidad de adultos diagnosticados con prediabetes se ha más que duplicado, a 96 millones de adultos en los EE. UU. Es alarmante que el 80% de ellos no lo sepa.

¿Qué es la prediabetes?

La prediabetes es una condición de salud grave en la que el nivel de azúcar en la sangre está por encima del nivel normal. Puede provocar diabetes tipo 2, que afecta la forma en que su cuerpo procesa los alimentos en energía y compromete su capacidad para producir y usar insulina.

Si no se controla, la prediabetes puede provocar diabetes, por supuesto, pero también enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Para empeorar las cosas, las condiciones de salud relacionadas con la diabetes son costosas. La Asociación Estadounidense de Diabetes estima que la enfermedad le cuesta a los estadounidenses $327 mil millones en tratamiento y salarios perdidos cada año.

No es fácil de detectar

Si bien es grave, la prediabetes tiene pocos o ningún síntoma. Por eso, a menudo pasa desapercibido. Es importante conocer las señales de advertencia y los factores de riesgo de que la condición haya progresado a diabetes tipo 2.

Los síntomas comunes de la diabetes tipo 2 incluyen:

  • Micción frecuente
  • Sed extrema
  • Fatiga
  • Entumecimiento en las manos o los pies
  • Visión borrosa
  • Pérdida de peso inesperada

Si tiene antecedentes familiares de diabetes, tiene sobrepeso o tiene 45 años o más, es importante que hable con su médico acerca de hacerse la prueba.

Prevención

Afortunadamente, la prediabetes se puede revertir y, con algunos cambios simples en el estilo de vida, puede evitar un diagnóstico de diabetes tipo 2. Es útil agregar actividad física a su estilo de vida. Trate de hacer al menos 30 minutos al día. Además, pequeños cambios en la alimentación (reducir los carbohidratos y los alimentos con alto contenido de azúcar y reemplazarlos con vegetales y proteínas) pueden tener un gran impacto. Asegúrese de consultar con su médico antes de comenzar cualquier nuevo programa de ejercicios o cambiar su dieta.